16.10.11

Capítulo 2

El dueño del mundo.

Despertó seis horas después en el callejón contiguo al antro aquel, obviamente sin billetera y con dos golpes muy fuertes en las costillas, no estaban rotas, se quedo un rato viendo el cielo gris y sintiendo el frío de esa maldita mañana de invierno. Hacía tanto frio que podía ver su aliento congelarse al salir de su boca; sonrió, aquella noche había sido memorable.

Se levantó como pudo y de sus calcetines saco una cajetilla de cigarros, encendio uno y dio gracias al cielo de que esos no se los hallan robado, camino a tientas por las calles imaginando una vida mejor, una familia, un abrazo reconfortante cuando llegara a casa.. todo eso que ya no tenía.
 

...
La lengua tibia se pasaba libremente por entre los muslos, las manos temblorosas y tibias acariciaban suavemente las afiladas caderas, los jadeos se hacían cada vezmas insinuantes, el aire pesado hacía que se dilataran las horas, una tras otra en esa insesante tortura que era el placer que esa lengua era capaz de provocar en aquel cuerpo. Los cabellos rubios brillaban al fuego de las luces rojas que adornaban aquel oscuro recinto, su piel sudorosa y resbaladiza atizaba aún más el destino, era como estar viendo la lustrosa piel de una serpiente enredandose en el cuerpo de su amante, fuerte, apretando más y más hasta hacerle reventar los sentidos..

El primer gemido salió de forma entrecortada, un hilo de saliva unió los labios del rubio con el cuerpo del otro; tembloroso, rabioso.. Sonrió, sabía que le tenía en la palma de su mano, podría pedirle lo que quisiera en ese instante y el otro demonio se lo daría sin chistar, pero lo cierto es que estaba gozando de aquella labor, el demonio de cabellos oscuros que estaba a punto de venirse en su boca realmente le gustaba. Continuó su labor por un rato más, abriendo la boca lo más que pudo para recibir de lleno el miembro grueso y palpitante de su amante, de su dueño; su nombre era Teru o como él lo llamaba Mikami, tenía casi treinta y dos años y era el dueño de todos los antros de la parte baja de la cuidad y de otros cuantos negocios legales.. ilegales.. que importaba, era el dueño del mundo.

El rubio que tenía entre las piernas, entretenido en chupar y lamer su miembro era Mihael. No se sabía mucho sobre él, solo que Mikami se lo tiraba desde que tenía doce y que era su mano derecha. También su afición por el chocolate era bien conocida por los miembros de la pequeña pero poderosa mafia de la cual era lider su dueño, como él mismo le llamaba. Si ponía tanto empeño en aquella labor no era solo por gusto si no porque lo había hecho enfadar al bajar con el gentío a bailar, él solo podía hacerlo frente a él, para él, con él. Aquello había sido un atrevimiento que le costaría la vida a muchos y si no hacía bien aquello, también le costaría la suya.

Sintió en su boca el sabor peculiar de la propia lubricación del mayor y comenzó a poner más enegía en sus movimientos, su cabeza subía y bajaba al ritmo que la mano que tenía aferrada a sus cabellos humedos por el sudor del baile y la excitación; podía sentir su propio miembro palpitar y humedecerse, los gemidos y jadeos entrecortados del mayor le hacían excitarse aún más. Mantuvo la cabeza quieta provocando una mirada de reproche por parte del otro y dedicandole su más encantadora sonrisa, comenzó a meterlo por completo en su boca haciendo que el glande enrojecido y humedo tocara su garganta. Las arcadas no se hicieron esperar y al contraer su garganta con fuerza pudo hacer presión en aquella zona tan sensible del otro. Su lengua se movió libremente a lo largo haciendo circulos con la punta y presionando con autentica maestría cada vena hinchada.

El cuerpo de Teru se tensó poco a poco hasta quedar completamente indefenso ante aquellas caricias.. estaba a punto de estallar y llevando ambas manos al rostro del otro, lo empujo más contra su entrepierna provocando aún más arcadas y golpes en el pecho por parte del rubio, se estaba ahogando pero eso era lo de menos, quería venirse, ya. Acabar en la boca de aquel pequeño rubio que tan deliciosamente le había estado comiendo la polla por horas. Si quería contentarlo, ya estaba hecho. Se corrió cuantiosamente y conteniendo la respiración se dejo caer en el enorme sillón que la hacía a veces de cama para sus ganas. El rubio tosió escupiendo parte del semen del otro tomandolo con los dedos para lamerlo y que nada se desperdiciara. Se tumbo en el suelo frente a él y lo miro angelicalmente mientras se relamía de las comisuras el rastro de aquel intenso orgasmo.

-¿Ya no está molesto conmigo.. verdad?, preguntó con voz apagada, tenue, como de niño.

El otro volvió a encenderse solo de escucharlo y negó despacio aún sin salir del intenso trance e inclinandose hacia delante le acaricio las mejillas con el mismo cuidado con el que tocaría una figurilla de cristal, le sonrió y paso las manos por el delicado cuello del otro, humedeciendose la punta de los dedos con el sudor del rubio le tomo con fuerza del cabello para hacer su cabeza hacia atrás y pegar los labios a la comisura ajena.

-Si vuelves a hacer eso.. te mataré y te juro que ninguna de tus artes en la cama o fuera de ella te va a salvar.. Eres mío. ¿Te quedo claro, Mihael? Mio.. Ahora dilo..
El rubio apretó los ojos y llevo las manos hasta las que le oprimían los cabellos y se quejo por el mal trato, le miró de reojo con la furia encendida en los ojos y las mejillas y apretando los labios maldijo y asintió..

-Dije, dilo.. No asiente.. Ahora dilo.., espero una respuesta que no llego por varios minutos y acabandosele la paciencia lo levanto de los cabellos para tirarlo al suelo. Estaba más que visto que lo haría gritar que era suyo, por gusto o por rebeldía o por simple placer de llevarle la contraría no lo haría tan fácil, aunque lo haría, si él tenía artes para dominar al mayor, el mayor las tenía para volverlo loco. Dentro y fuera de la cama..

-Esto no terminará pronto Mihael y depende solo de ti que lo disfrutes..

El rubio sonrió y caminando a gatas hasta el mayor que ya se iba despojando de sus ropas, comenzó a hacer lo mismo sin dejar de sonreírle ni un solo instante.

Blind (Re-edit)

Capítulo 1:
Atracción.


Algunas veces me gustaba hacer cosas sin sentido. Cerrar los ojos y cruzar una carretera, fumar dentro de la bañera, llorar viendo una película infantil, masturbarme aún sin estar excitado. Mi vida corría entre el tedio y la aburrición total, solía sentarme durante horas en la banca de algún parque viejo sin hacer absolutamente; a veces solía ver como la luz del sol reflejaba mi sombra en distintos angulos según las horas iban corriendo.. y yo ahí, sin mover un solo músculo, entregado a nada, sin pensar nada.. Era eso. Nada.

Probe dos o tres veces con las drogas, la última vez fue la más fuerte de todas, un poco de coca y bastante vodka; estaba eufórico. Entre a uno de los antros más bajos de la cuidad, dí con el por encanto de la noche, esa frase aún me hace sonreír. Las luces me atrajeron.. eran como.. miel.. miel derretida y de colores.. tan.. deliciosa, tan viva, podía sentir como se metía por mis poros y vibraba dentro de mi. Mi sangre se convirtió en alguna galaxia lejana y podía jurar que sudaba estrellas.

El remolino de cuerpos de la pista de baile me hundió aún más en aquellas sensaciones, juraría que mil lenguas probaron mis estrellas y yo sentía que seguía ahí, en aquella banca oxidada de aquel viejo parque sin vida; cuando abrí los ojos estaba frente a una chica que me sonreía ampliamente, supongo que también estaría drogada porque no sintió cuando un tipo de color por lo menos dos cabezas más alto que nosotros comenzó a follarsela en medio de la pista, yo sonreí incapaz de excitarme con aquella escena grotesca, me conformé con seguir sonriendo y dejar que los cuerpos me movieran de ese sitio. Aquello era demasiado para la soledad, pude ver como corría descalza perdiendose entre los besos ardientes de quienes la alejaban de mi.. pobre soledad, tan sola.. me reí a carcajadas por ese absurdo pensamiento y deje que mi dedo medio la despidiera.

Tomé consciencia cuando me encontre vomitando hasta el alma en el baño de aquel Infierno, las drogas son rápidas e inestables, necesitaba un trago de agua. Bebí y todo de nuevo se fue hasta el cielo, salí de ese baño donde no había más que dos luces rojas parpadeando y otros tantos cuerpos follando seguramente. Yo también quería hacerlo. Tenía los pantalones a punto de reventar y el efecto de la droga viajaba por mi sangre intensificando cualquier roce o beso que se me concedía furtivamente. Me di por vencido y me derrumbe en una de las pocas mesas que había en un rincón oscuro.. oscuro hasta donde se podía, las luces eran balas que atravesaban la oscuridad reduciendola a una triste sombra que caía y volvía a caer dentro de los pliegues de los cuerpos que se retorcían a ritmo del desquiciante sonido de la música o lo que burdamente se le denominaba así esa noche.. Esa maldita noche.

Metí mi mano en mis pantalones y acaricie mi polla desesperado, cerre los ojos e imagine a la tía más hermosa del mundo, imagenes de miles de videos pornograficos vinieron a mi mente, me vi en cada uno de ellos, hasta que un brillo me saco de mis pensamientos; la luz era brutal y daba constantemente contra mis ojos, podía sentirlo como un ataque a propósito y cuando abrí los ojos para hacerle frente a mi atancante me tope con esa visión que estaba buscando entre los recovecos de mi mente. El cuerpo perfectamente delineado, la piel tan blanca que parecía cubierta de leche, los gemidos que salían de la música que seguramente habían puesto para esa figura parecían salir de su propia boca. Los que antes dominaban la pista comenzaron a hacerse a un lado formando a su alrededor un halo de sudor y lujuria y yo.. yo tenía la polla más dura que nunca.

Tenía los ojos cerrados y tal vez nisiquiera se había dado cuenta que su cuerpo estaba ahí, podía jurar que su mente estaba miles de años luz de aquel lugar en medio de la noche, sus caderas comenzaron a moverse cada vez más rapido y sus brazos alzados buscaban algo en los cielos, la cuerda para volver a subir, pensé, un maldito angel se le escapo a dios o simplemente satanas vino a divertirse un rato.. lo segundo ahora me doy cuenta, era lo más acertado. Caí en éxtasis. Continué masturbandome mientras veía aquel cuerpo bailar y jadear enmedio de la pista, y la sangre de todo mi cuerpo se helo cuando vi que sus ojos estaban fijos en mí. Nadie más me noto, solo él, porque era un hombre o al menos eso parecía, tenía el pecho descubierto y no había asomo de senos ni de ninguna protuberancia, era simplemente.. perfecto.

Poco me importo en ese instante el que nunca me hubiese atraido una polla, él no se limitaba a ser solo eso.. era algo más.. la visión de mis sueños más oscuros.. El mejor orgasmo de mi vida.. me vine justo cuando una voz callo la música y todos voltearon a ver directo a la cabina del DJ.. bajaron la cabeza y se ocultaron con miedo de aquel grito.. como cucarachas, no.. como gusanos cuando levantan su piedra.. Una vos fuerte, el dueño del mundo, pensé mientras terminaba de vaciarme en mi mano y no despegaba los ojos de aquel demonio que desafiante, miraba hacía la cabina.

Me dedico una última mirada y sonriendo se fue, seguramente con el dueño del mundo.. yo solo sonreí y me deje caer en la oscuridad y silencio que reino por varios minutos después. No supe más.. Debería hacer más cosas sin sentido más frecuentemente.. es tan divertido.

Aviso:

Ok, lamento mucho haberles tirado fics y cuentos inconclusos, intentaré continuarlos, lo prometo. Creo que comenzaré con Demolition Lovers y Blind en su re-edición. Tardaré porque ahora sí pienso revisarlos bien, tanto en ortografía como narrativa y todas esas jaladas a las que nunca les hago caso. Llamado a mis betas... necesito otra o por lo menos que te aparezcas Padmenvy Dreamsky e___é...

Y bueno ya, ahí les van los dos unicos capítulos que llevo de Blind y... Preludio :3.
Espero que les guste y ñañañaña ñaña ñañaña.

15.10.11

Las verdades Irrefutables y las pequeñas tragedias.

Capítulo 5


No se si te ha pasado alguna vez.. que te sientes tan triste y tan solo.. como cuando no sabes encontrar el camino a casa después de una tormenta.. o te pierdes en alguna estación de trenes, tan solo.. que podrías caer a mitad de la calle y nadie voltearía tan solo a verte para burlarse. Lo peor es que tienes la certeza de que nunca te van a encontrar, aunque tu pongas anuncion de “Estoy Aquí” o grites.. porque a nadie le importas, porque nadie te detendrá en algún sitio y te dirá “Aquí estás.. No sabes cuanto te he buscado” Eso no le ocurre a cualquiera.. menos a personas como nosotros. Los demás son como balas que arden cuando abren la herida, él era el arma con la que me disparaban, su llanto me escocía el alma y su rabia alimentaba mi vida..

Cuando despiertas después de un mal sueño no sabes como reaccionar; como si de pronto despertaras en una cama extraña y sintieras la necesidad de llamar a mamá para que te abrace y te diga que todo estará bien.. pero mamá no existía y nada estaría bien.. simplemente despiertas en la cama de un extraño, con miles de balas de en el cuerpo, en el alma.. pensando que aún era pronto, el sol no salía.. ¿Saldría?.. Porque parecía que el mundo quería detenerse, el cielo podría nublarse y entonces.. te das cuenta que al mundo no le importa lo que te halla pasado, por muy triste o miserable que te sientas.. el mundo sigue ajeno a tu pequeña tragedia, las estrellas no se apagan ni se detiene el tiempo, simplemente tu vas cambiando y no porque quieras, si no porque ya no tienes nada más que un montón de cuerpos fríos en lo que un día llamaste hogar.

Despertó una hora después de que la policía se fue, aún estaba fresco el olor a sangre y pólvora que despedía el departamento a solo dos puertas, estaba cercado por esas banditas de plástico amarillas, chillantes, insolentes. Abrió los ojos poco a poco, la habitación no era tan diferente aunque si carecía de todo tipo de adornos, como si nadie viviera ahí.. Hasta que de pronto recordó lo sucedido, se levantó de aquella cama de cobijas gruesas y rasposas buscando una puerta, deseando encontrar del otro lado la golpiza que seguramente ya nunca le darían.

Pero lo que encontró fue un hombre de elevada estatura y ojos grises.. como la luna, recordó entonces al conejo y este a su vez le recordó a si mismo, quiso sonreir pero ciertamente no tenía ningún motivo para hacerlo. Miró hacia la puerta y un nuevo exceso de llanto le sobrevino, se tiró en el suelo abrazando sus rodillas y dejo que el dolor saliera, no por la perdida reciente, si no porque ahora estaba solo.. completamente solo, sin tierra ni cielo, pero si un basto Infierno del que estaba seguro jamás saldría. El hombre de los ojos grises se le acercó despacio y tomándole de los brazos no con mucho cuidado lo levanto y le miró fijo a través del flequillo.

-Llorar no te arreglará la vida.

Bastó eso. El llanto paro y un sentimiento extraño le invadió el pecho, aquellas palabras eran lo que los mayores llamaban como verdades irrefutables, el llanto no arregla nada, solo empeora la vista y nubla el pensamiento. Papi ya no estaba, ni la zorra ni su maldito hijo, aliviado estaba, quiso sentirse culpable pero no lo hizo. La vida continuaba, la vida seguía.. su pequeña tragedia tampoco a él ya le importaba.

-¿Cómo te llamas?..
-Belphegor..
-Ese no es un nombre muy común
.-Es el nombre de un Demonio.. ¿Y tú?
-Superbia..
-… Lindo nombre..

Definitivamente no se trataba de un niño común y corriente, cuando el llanto había cesado lo invitó a sentarse en la mesa que tenía en la cocina, frente a la ventana donde descansaba su planta. Pudo verlo con detenimiento, los rayos de un sol a punto de morir en el atardecer le daban una luz especial, la tristeza le sentaba, pero algo había en el que le hacía resignarse, debían ser sus ojos ocultos o las manchas en sus mejillas provocadas por la tierra y el llanto, tenía el cuello demasiado delgado y pequeño, las clavículas pegadas a la piel y el labio inferior herido, un golpe seguramente pensó.

-¿Tienes a dónde ir?

Superbia le ofreció un jugo de naranja con vodka para relajarlo mientras seguía mirando y analizando al pequeño que inspeccionaba el lugar como si quisiera encontrar vestigios de vida en éste, no encontró nada, más que la planta frente a la ventana que parecía saludarle con una sonrisa, Belphegor se la devolvió con la alegría infantil que da encontrar a alguien amigable en el mundo. Superbia alcanzóa ver la sonrisa.. no, la tristeza no le pegaba en nada, el pequeño había sido creado para sonreír.
Ante la negativa del pequeño a la pregunta hecha por el albino éste no tuvo más remedio que ofrecerle el departamento por esa noche, el frío se instalo en la barriga de Belphegor y tuvo que reprimir un sollozo cuando el otro se levantó dejándole ahí, de nuevo.. solo.

-No tengo a donde ir..
-Ese no es mi problema.
-Por favor..

Hay algunas palabras que llegan a calar muy hondo en el alma, no solo las palabras, si no la forma de decirlas.. Frente a él, tenía un alma acribillada, miles de balas le habían atravesado durante su corta existencia, ¿Qué estaba haciendo él al negarle aquello?.. ¿Darle el tiro de gracia?.. Los coreanos no descansarían hasta encontrarlo, posiblemente lo matarían.. o peor aún, lo violarían o matarían esa misma noche, pero no podía darse el lujo de quedarse con él. Él era un asesino, alguien que debía estar solo, por mucho que pesara, por mucho que.. ¿Doliera? No, eso ya no dolía, el ser humano se acostumbra a la vida silenciosa, el alma se almolda para llenarse así misma, de pronto te das cuenta que ya no importa, que así es mejor, pero aquellas palabras.. temblaban en el aire esperando que el otro las respirara.. las tomara entre sus manos y las colocara en sus bolsillos, a salvo, seguras.. en paz. Pero las palabras se desvanecieron y el silencio se hizo de nuevo, frente a la ventana, Belphegor pensaba que tanto dolería saltar desde ahí, que tanto dolería un disparo en la cabeza, cuanto tardaría en morir o si simplemente con cerrar los ojos puedes quedarte tranquilo, lo hizo.. pero no sirvió de nada.

-Puedes quedarte esta noche..

La noche había llegado, otro día más sin comer, sin un baño, sin una caricia, en aquel departamento, una junto a la otra, estaban ya unidas dos soledades, dos almas amoldadas a llenarse asi mismas, las palabras entre ellas sobraban, no hacían falta, convergían entrelazadas sin tocarse apenas, una, tirada en la cama esperando que el llanto no llegara y la otra en un sillón, armada, con la luz apagada.. más silencio. De pronto despiertas, con la firme idea de dejarte de problemas, tomas la espada del estuche, cortas el silencio de la noche y entras a la habitación donde el llanto ha cesado para dar paso a la respiración tranquila que solo la paz puede darte, un solo corte bastaría, no sería dificil deshacerse de un cuerpo tan pequeño, moriría dormido y entonces la vida ya no le dolería.. estaría en paz.. El silencio hace tanto ruido y el corazón comienza a hacer eco entre las cuatro paredes, de pronto se remueve el pequeño cuerpo en la cama, el filo de la espada brilla con la luz de neón que entra de la ventana e ilumina el rostro del otro, esta sonriendo.. un buen sueño, la vida no pesa, solo son cambios. El silencio regresa a su calma, se regresa al sillón y duerme alerta.. Los cabellos rubios abren los ojos y suspiran.. otro día más con vida.
Capítulo 4

Al día siguiente a la misma hora, el Jefe solo sonrió imaginando que esa misma noche disfrutaría de su premio, doce años manteniendo vivo al cerdo italiano ese, soportando su ineptitud, su mediocre y miserable ser.. Pero la espera valdría la pena, durante todo ese tiempo fue como un jardinero esperando que la pequeña flor germinara, una rubia, exquisita y preciosa flor; lo había visto crecer, lo protegió tantas veces de tantos problemas, lo orillo a convertirse en lo que era, manteniendo el pie siempre en el cuello del cerdo de su padre, esperando.. como una bestia debajo del agua que deja que sus víctimas le muerdan una y otra y otra vez para al final, de una sola estocada, asesinarlas y engullirlas despacio.. con la lentitud que solo un alma oscura podría lograr.
El momento había llegado, doce años eran más que suficientes y al flor ya tenía el tamaño perfecto, delicado, pequeño.. había soñado muchas veces con el momento en que le arrancaría de la tierra, la cosecha.. justo ese día, a esa hora.. ¡Que importaba la mercancía! ¡Que importaba el dinero! Era Belphegor por lo que iba, exterminaría al mundo entero por poseerlo empezando por su desdichada familia, por su miserable papi..
¿Han deseado tanto algo por tanto tiempo?.. Lo han sentido vibrar en su sangre, en sus pensamientos, en sus noches húmedas de espera.. ¿Qué se siente cuando están a solo un estirón de tenerlo?.. El corazón les late en los oídos, el pulso se va a tope, el sudor les empapa la piel y un estremecimiento les recorre como electricidad todo el cuerpo, cuando estás colocado, cuando estás tan alto en la cadena alimenticia que sabes que todo empieza y acaba contigo, por eso eres el Jefe, por eso los demás te temen, porque en este maldito mundo, tu eres Dios y estás a punto de encontrar la gloria en un cuerpo ajeno.. tan cerca, tan cerca que puedes oler su dulce aroma, sentir su piel recién nacida a la vida, escuchas nitidamente sus sollozos e imaginas tu cuerpo unido al suyo, tan ferozmente que sabes que solo podrás poseerlo una sola vez.. solo una..
El edificio gris donde vivía se había vestido de tristeza el día acordado, la mañana había nacido lentamente, como si se rehusara a vivir ese día.. un pequeño salió mucho antes que el sol se asomara, una mirada transparente le seguía desde una ventana, el odio esperando que la puerta se abriera, las voces pidiendo que se fueran, el cansancio, el tedio, el dolor latiendo en las sienes de todos.. ¿Eso era vida? Ni siquiera un triste remedo, pero solo eso tenían… La hora llegó.
Dos autos negros aparcaron justo frente al edificio, uno tras otro fueron bajando de estos, armas, lentes oscuros, odio, demasiado odio.. silencio, los pasos en la escalera, la puerta cerrada.. era tu deber, es tu deber, obedecer, asesinar, sobrevivir, es la ley del más fuerte. El primer llamado. Nada. El segundo. Nada.. Los ojos verdes caminando por el pasillo con algo entre las manos.. una escopeta… Rompiendo el silencio la puerta se parte en dos al ser golpeada por uno de los hombres del Jefe, adentro se escuchan los primeros disparos, ni siquiera se tomaron la molestia de preguntar, nada.. el primero fue el hermanastro, se había ido hasta la puerta que esperaba que abriera, un disparo en la espalda, otro en la cabeza, otro más en uno de los muslos. La madre en el baño, un disparo en el pecho, otro en la pelvis, quien lo hizo esa la mano derecha del Jefe, misogino, pederasta igual que su superior. El padre estaba agazapado en la estancia, en un rincón, aferrado a su última esperanza, una vieja 45..

-El niño no está…

El cigarro supo mal, el día supo mal, la vida supo mal, la rabia comenzaba a gobernar dentro de su cuerpo, la ira.. la frustración, una sola vez.. solo una.. corto cartucho y entro al departamento maldiciendo y ordenando a gritos que lo encontraran “Encuentren a ese maldito mocosoencuéntrenlo o juro que mataré también a ustedes..

-¿Dónde está?
-No tengo la mercancía..
-¡¡Aah!! ¡¡¿Tu crees que esto es solo por dos kg de cocaína?!!¡Te mantuve con vida a ti y a tu miserable familia porque tienes un maldito hijo que quiero cogerme!

Las palabras retumbaron en los oídos del padre y tragando grueso saco el arma de un solo movimiento, un disparo, dos.. uno directo en el hombro, que muera, que muera.. por favor Dios mío.. protégelo.. Silencio.
El Jefe alcanzó a dispararle antes de que terminará su petición hacia un Dios que ese día no tenía vistas de querer aparecer, le reventó la cabeza contra la pared dejándo el cuerpo sacudido por violentos espasmos post mortem, él estaba herido, drogado y enfurecido, ese día iba mal, muy mal. Encuentrenlo y traiganlo. Con vida.. ya habría tiempo de cobrarle esto.. mucho tiempo.
Capítulo 3

Es curioso como siempre se piensa en el mañana con una esperanza casi infantil, mañana es será el primer día del resto de mi vida, mañana empezaré la dieta, mañana dejaré de pensar en el o ella.. mañana.. pero si nos damos cuenta, somos los mismos del día anterior, lo único que cambia es la sucesión de las horas y eventos, ¿En verdad cambiamos nosotros?.. No, los cambios suceden poco a poco.. con el transcurso de la vida, de las ideas, de los métodos.. de nosotros depende.. pero también de los otros… los que están ahí, acribillándonos.. somos balas.

El día había amanecido con más calma que nunca, los rayos del sol apenas lograban atravesar los intensos nubarrones que se formaban en un cielo oscuro.. frío.. triste. La tensión en casa cortaba el aire, todos estaban preocupados aunque justamente no se sabía la razón, la mujer que llamaban madre se preparaba con su falda más corta y las medias menos rotas, los labios burdos pintados de rojo, el cabello de un rubio artificial que dañaba la vista.. la miseria tatuada en los ojos y un extraño gesto de preocupación que casi nunca tenía más que cuando el dinero no alcanzaba para el alcohol del padre. El tipo al que llamaba hijo esperaba con paciencia mortífera a que se abriera la puerta de la última habitación, tenía dispuestos el odio, las ganas y la rabia, esa mañana sin duda dejaría cicatrices imborrables en el alma y cuerpo de Belphegor.. ¿El padre?.. inconsciente tumbado en la cama, queriendo hacer oídos sordos a su cabeza que le repetía una y otra vez “Sácalos de aquí“…

Belphegor despertó más temprano que todos ellos, con la resaca del llanto la cabeza se le estaba partiendo en pedazos, apenas puso un pie fuera de la cama sintió que el mundo se le venía encima, su hermano.. la puerta.. las amenazas, los ojos verdes.. sacudió la cabeza en un intento vano de olvidar todo aquello y se vistió; sabía perfectamente que si salía de la habitación su vida terminaría. Apenas un pantalón corto que le venía grande pese a ser de sus primeros años, una playera larga deslavada, sus botas, el cabello ocultándole los ojos que nunca mostraba por vergüenza, su labio herido.. suspiró y acomodo una silla cerca del ducto de aire, si había algo que valía la pena de ser tan pequeño era que tenía acceso a todas partes, subió a la silla y haciendo acopio de todas las fuerzas que tenía su cuerpo se adentro en el ducto tratando de hacer el menor ruido posible, la salida estaba en el pasillo que daba hacia las escaleras, saltaría y saldría de ese lugar huyendo de la paliza que seguramente ya tendrían lista.
Después de unos minutos de andar por el ducto encontró la salida, abrió y pudo respirar el aire atestado de cigarrillo y otro aroma que no tenía ganas de conocer, primero las piernas, colgaban a varios metros, ¿Saltar o no saltar? Lo había hecho infinidad de veces pero aún tenía miedo de caer mal y no poder correr si lo descubrían, suspiro y maldiciendose así mismo saltó.

-Ushishishihi...

De los acontecimientos que sucedieron a solo dos puertas de la habitación que él ocupaba no sabía nada, disparos con silenciador, algunos por lo menos, porque otros fueron hechos sin duda alguna con alguna escopeta, Demasiado odio, pensó, lo cierto es que ahora, recostado en su cama tenía a una pequeña maraña de cabellos rubios hecha un mar de llanto, no pregunto nada ni dijo nada durante las horas que siguieron, la policía llegó, hicieron preguntas, él contesto, revisaron, vieron al pequeño.. Mi hijo, respondía él sin ningún problema, aunque bien pudo ahorrarse cualquier tipo de problema y entregarlo.. para que lo mataran esa misma noche. Negó con la cabeza a las interrogantes de los investigadores acerca de lo ocurrido y a sus propios pensamientos. Desde la primera vez que le había visto por la ventana le había parecido un chico demasiado delicado para estar en aquellos lugares, aunque bien sabía de la fama que tenía, un tramposo, bastante mentiroso para su edad y sobretodo astuto, un verdadero tesoro. Esa mañana le había visto salir por los ductos del aire, se escondía de alguien sin duda alguna, sonrió y cerro la mirilla de la puerta. Que viva, es un niño aún dijo en voz baja antes de meterse de lleno en su preparación matutina. Cuatrocientas abdominales diarias, la misma cantidad de sentadillas, aunque esa mañana particularmente estaba inquieto, suspiro e hizo el doble de cada una, sentía que los tendones le reventarían en cualquier momento pero aún así no se detuvo, había algo en el aire que no lo dejaba estar quieto. Se levantó como pudo del suelo donde se ejercitaba y caminó hasta el baño, pudo verse en el espejo por primera vez en semanas, el flequillo le cubría el rostro por completo y el cabello más largo atado a una trenza le daba el aspecto de un anciano cansado, suspiró y dio un puñetazo al espejo rompiéndolo en mil pedazos,tomó una de las espigas y la llevó a las cicatrices de uno de sus brazos.. ¿En qué estaba pensando? Se interrogó aunque más bien aquello parecía un reclamo, soltó el pedazo de vidrio y se adentro en la tina de agua fría que le esperaba para tensar aún más sus músculos. Cerrando los ojos, dio por terminado aquel episodio de recuerdos fatuos que no hacían más que atormentarlo.. recordó los cabellos rubios del niño del departamento contiguo, sus carcajadas que muchas veces llegaban a su ventana, su llanto en las escaleras.. su rabia..

Abrió los ojos de golpe varios minutos después sintiendo un hoyo en el pecho, chasqueó los dientes y salió de la tina maldiciendo, comenzaba su día. Poseía una planta, su única compañera, la sacó a la ventana y se asomó bien para ver si encontraba los cabellos rubios pero no, el sol apenas despuntaba y posiblemente el pequeño hubiese ido al albergue a unas cuadras por comida o por abrigo, lo había visto solamente con unos pantalones muy cortos y una playera que le daban más aspecto de niño desvalido del que tenía. Resignado, limpió con esmero y cuidado cada una de las hojas de su planta, conversó con ella y le dedico más de una sonrisa, después, se sentó en la mesa de la cocina y saco su estuche viejo de violín, cualquiera pensaría en un músico romántico que dejo su cuidad de origen para vivir la vida al máximo, con la música, la noche, el amor.. nada más lejos de la realidad, abriéndolo uno podía encontrar en el centro una espada que solo de verla cortaba, la saco con cuidado y comenzó a limpiarla con el mismo amor y esmero que a su planta. Sumido en sus labores, en sus pensamientos, en los cabellos rubios contra el sol, pensó en espigas doradas de algún campo de sueños, brisa fresca, un hogar..

El primer disparo, el segundo.. gritos.. Se levantó y tomo un arma de fuego que estaba escondida debajo de la mesa y caminó a tientas hasta la puerta, abrió la mirilla y desde ahí contempló a varios hombres encaramados en la puerta de los cabellos rubios, el hoyo en su pecho se hizo más grande pero conteniéndose recordó que él no estaba, tomo aire y vio aparecer en el pasillo a un tipo alto, de ojos verdes, estaba sonriendo mientras se fumaba un cigarrillo y cortaba el cartucho de una escopeta. Uno de sus hombres se acercó a susurrarle algo al oído, debió ser algo grave porque se volvió loco y entró disparando solo dios sabe a quien, sus hombres literalmente estaban muertos de miedo y movilizándose comenzaron a buscar algo.. o a alguien, los gritos del tipo alto se hicieron cada vez más altos “¡Encuentren a ese maldito mocoso!” ..

Abrió los ojos descomunalmente, eso iban a buscar.. se quedó quieto mirándo a los hombres movilizarse en busca del pequeño, pasando un buen rato se escuchó una nueva descarga de disparos, otro calibre.. gritos de nuevo, demasiado odio demasiado odio.. y de pronto todo en silencio.. los hombres entraron profiriendo maldiciones que bastarían para amedrentar hasta el más siniestro de los hombres, el silencio de nuevo, la tensión en el aire, el fuerte olor a sangre y pólvora..

De improvisto, los cabellos rubios aparecieron al final del corredor, el hoyo en su pecho se hizo más grande conforme el pequeño caminaba por el pasillo y olvidando toda regla de no meterse en problemas de ningún tipo, abrió la puerta caminando lo más rápido posible hacía el chico que no parecía darse cuenta que él estaba aproximándose, cuando por fin estuvo frente a él miró con lastima que el pequeño tenía el labio roto y gruesas lagrimas salían de sus ojos ocultos, estaba tenso, completamente sumido en el dolor, lo tomo en brazos y se dio cuenta de lo ligero y frágil que era, tal como lo había imaginado tantas veces, lo que no imaginaba es que fuera tan fuerte, porque en cuanto lo abrazo sintió los bracitos aferrarse a su cuello hasta el punto de dejarlo sin respiración, hizo que las piernas delgadas del pequeño le rodearan la cintura y caminó sigiloso de vuelta a su departamento, cerró la puerta en silenció, sin seguro porque este hacía demasiado ruido y completamente seguro que no le habían visto, lo llevó hasta la alcoba sin uso depositándolo en la cama, el pequeño rompió en llanto cuando se sintió sobre piso firme.. Lo dejo solo y cerro la puerta para que sus sollozos no fueran escuchados por los otros y regreso a su sitio, vio la razón del silencio y de la tensión, alguien le había disparado al que seguramente era el que mandaba en aquel escuadrón. Se fueron al cabo de varios minutos, volverían, porque no habían obtenido lo que querían.. Una hora después llegó la policía y empezaron los interrogatorios..

Los acontecimientos que llevaron a esa matanza no los conocía y posiblemente no lo haría.. la maraña de cabellos rubios ahora estaba dormida profundamente, con los espasmos que quedaban en el alma después del llanto doloroso, su respiración tranquilizaba pero a ratos leves quejidos le sobresaltaban, estaba sufriendo.. demasiado. Guardo silencio y sentándose en el sillón que daba justo a la ventana, apagó el peor día de la vida de aquel pequeño.. Mañana sería otro día.. y el que sigue.. y el que sigue..

Quelque chose précieux.

Capítulo 2

Una de las cosas que eran bien sabidas en aquel barrio, era que no podías meterte con la mafia coreana porque ciertamente, aquello te costaría lo más valioso que pudieses tener, la vida.. o la de tu familia. El padre de Belphegor comenzó a trabajar para ellos cuando recién había muerto su mujer, necesitaba dinero rápido y fácil. Pero de cada cinco trabajos fallaba tres, aunque últimamente todo iba de mal en peor, su alcoholismo era el problema, meterte con los coreanos después de todo no era cosa de fallos. Una entrega que nunca llegó, mucho dinero perdido, solo el dios particular de cada uno de ellos sabía realmente el paradero de tantos billetes. Esa mañana fueron a preguntar por el dinero o por la mercancía, cualquiera de las dos cosas.. o tal vez las dos. El Jefe de aquella mafia tenía fama de violento, de ruin y despreciable y lo peor de todo es que la fama estaba bien ganada y cimentada, se había cargado a varios por mucho menos, pero ese trabajador en particular tenía algo que el jefe quería.. algo muy valioso, algo precioso..
El presentimiento de Belphegor fue acertado, tarde se dio cuenta de eso, la puerta fue abierta por los mafiosos que pasaron uno a uno mostrando sus armas, como si están fueran un símbolo de su poderío; el último en entrar fue el Jefe, indiferente a su alrededor caminó con paso suave hasta el borde de las escaleras donde estaba sentado el niño que miraba la escena con el corazón en la garganta y el cuerpo entumecido de miedo. La sensación se hizo insoportable cuando aquel hombre, el Jefe alzó la mirada clavándola justamente en él, el temblor de su cuerpo se hizo casi violento, escuchó el primer paso, el segundo, el tercero, esos ojos verdes cada vez más cerca, más fuertes, más intensos… Era como la mirada de su hermanastro, pero ésta dolía, dolía muchísimo. El jefe paso de largo por fin seguido por sus hombres; la curiosidad innata de un niño puede más que incluso el mismo miedo y haciendo acopio de todas sus fuerzas, dio la vuelta al rostro y observó con terror que era a su puerta a la se dirigían.. Papi, pensó inmediatamente antes de levantarse ponerse en marcha hacia su hogar.. porque en esos momentos poco importaban los maltratos y los abusos, era su familia y esos hombres eran malos, lo había sentido con la mirada del más alto.. Tocaron, su padre abrió e inmediatamente el color de su rostro cambió, estaba pálido, tenía miedo.. no, terror.
-¡¿Qué carajos estás haciendo ahí?!, le gritó su padre cuando vio que se acercaba despacio hacía la puerta, las manchas de sangre en su camisa se habían tornado oscuras y densas y sus labios estaban hinchados aún, el cabello revuelto, con el flequillo cubriéndole los ojos y las piernas temblándole por largarse a correr a los brazos de su padre que lo miraba furioso. -¡¡Ve a traer leche.. ¡¡Ahora!!

-Si.. Murmuró el pequeño antes de tomar el billete que su padre le extendía y echar una mirada rápida a aquellos hombres, de nuevo los ojos verdes estaban clavados en él, esa extraña e incomoda sensación en la barriga no se le quito hasta que salió del edificio y el aire fresco de la mañana le golpeó las mejillas pálidas y frías.. ¿Quienes eran?.. ¿Qué querían?.. Papi..
En el edificio, la mano derecha del jefe hablaba seriamente con el padre de Belphegor, tenía que devolver el dinero o la mercancía, si no, matarían a toda su familia y a él mismo. Los ojos verdes del jefe antes clavados en su pequeño hijo ahora le trituraban las entrañas, aquel hombre de verdad infundía miedo, no solamente entre sus enemigos si no también en sus amigos.. Fumaba a toda hora, se drogaba cuando se le antojaba, bebía y abusaba de quien se dejara pero más de los que no, era un hombre poderoso, peligroso..
-Yo no tengo la droga, entiende, yo la entregue y jamás vi el dine
¿Cómo mierdas quieres que creamos que nunca te dieron el dinero?! ¡No eres un maldito principiante! Tienes casi doce años trabajando para nosotros y si te hemos mantenido con vida es porque nos sirves de camello y eres fácil de sacar de prisión, ahora.. buscaras esa mercancía o conseguirás el dinero..
-Pero yo no se..
-Mira.. El Jefe ya te dio casi una semana de plazo.. eso es más de lo que incluso yo podría pedir para él.. ¿Okey? -Si.. -Mañana.. a esta misma hora, la droga, el dinero.. o tu familia.
-

Más claro ni el agua.. El Jefe lo miró con una sonrisa de medio lado e inclinando la cabeza en señal de despedida se dio la vuelta para bajar las escaleras, mañana a esa hora, salvo por un milagro, aquel hombre y casi toda su familia estarían muertos.. Antes de salir del edificio, entró la razón de aquel casi. Belphegor.
Somos balas.. balas que atraviesan la vida de los demás.. vamos dejando un hilo de sangre con nuestros pasos y nuestras acciones, las cicatrices nos brillan en la oscuridad de nuestras almas..
Aquella noche Belphegor se encerró en su habitación, escucho los gemidos de la puta de su madrastra y de su padre que no dijo una sola palabra cuando regresó de la tienda y le dio el cambio, tan solo se limito a acariciarle los cabellos y sonreirle como pocas veces en su vida lo había hecho. La cerradura se movió varias veces esa noche, él la escucho perfectamente, junto con las amenazas de unos golpes que seguramente mañana recibiría sin falta, se abrazo al único recuerdo que tenía de su madre, un tiburón de felpa que su padre había ganado en un concurso de tiro al blanco de alguna feria que visitaron cuando aún eran felices. Lloró, aunque sabía que las lagrimas no le protegerían de los golpes, que no callarían la voz gastada de su madrastra, que no ayudarían a su padre contra esos hombres, lloro.. porque no le quedaba más que hacer, porque a veces, los niños también sufrían.. mucho más que los adultos. Después de varias horas, se quedo profundamente dormido, abrazado con todas sus fuerzas al peluche y con muchísimas ganas de amanecer muerto..

Tueur.

De los amores que nacen de la violencia…

La vida suele transcurrir mediante pequeños altibajos de buenos momentos y malos momentos, nunca se es enteramente feliz, pero al pasar de los años aprendes a diferenciar lo que realmente vale o no la pena. Cuando se es niño por ejemplo, una tarde de juegos en un parque pueden alegrar hasta por semanas. Cuando se es niño todo parece marchar bien.. Pero.. No para todos. En un día cualquiera, en una cuidad cualquiera.. a un niño cualquiera la vida le puede cambiar dramáticamente en tan solo.. tres disparos.
Somos balas, somos balas en la vida de los demás.. los atravesamos, les abrimos la carne y el alma, algunas veces si nos disparan con la justa fuerza podemos hasta matarlos; sin embargo, ¿No es preferible dejar cicatrices?.. Mostrarles que su pasado no solo es real, si no que casi los mata.. casi los destruye.. y he ahí la palabra clave.. casi. Porque queramos o no, siempre salimos avante de todo mal, rotos o descosidos, pero vivos.. vivos.
 
1 Capítulo.
Una Ciudad cualquiera.


Vivámoslo desde este lado de la historia.. Un día cualquiera, en una cuidad cualquiera, en un barrio cualquiera.. un edificio gris, sin nada más provechoso que una sucia alberca en la terraza. Ahí, vive él.. late en uno de los pisos del centro, donde solamente tres habitaciones separan mundos tan distintos. Su familia, un padre alcohólico, su madrastra que no es más que una prostituta de taxi, su hermanastro.. y él.  No debía tener más de doce años, el cabello rubio y el cuerpo escuálido de su difunta madre, una pobre mujer que trabajó en una empacadora todo el tiempo de su embarazo lo cual le costó la vida al parir a ese renacuajo escurridizo al que dieron por nombre Belphegor. Demasiado pequeño para sobrevivir, le daban menos de 72 hrs de vida.. Hasta ese mañana había contado  105189.75048   de éstas. Su padre alcohólico desde que su mujer murió se hizo cargo como pudo del pequeño de ojos zarcos.. demasiado delicado para sobrevivir en un mundo tan mezquino o al menos eso parecía. Desde muy pequeño dio muestras de una inteligencia superior a la de muchos adultos lo cual le abrió el mundo de aquellas calles peligrosas en las que vivió toda su vida hasta ese día, haciendo alguna trampa acá, allá, ganando dinero para costearse los cigarros que fumaba más por rebeldía que por gusto.
Ninguno de ellos sabía a ciencia cierta de donde salía el dinero para comer, lo que ganaba la mujer de su padre no daba para mucho, lo cierto es que siempre al final de mes, en el hogar se podía respirar tranquilamente, los gritos callaban, los golpes desaparecían y por las noches se podía dormir tranquilamente, sin el temor de que la puerta se abriera y se cerrara con llave.. y es que en casa nunca estaba o evitaba estarlo lo más posible, desde que aquella mujer había llegado a sus vidas, su casa no fue más de él. No era mala con él, al contrario.. lo ignoraba y eso se lo agradecía infinitamente, el problema radicaba en su detestable hijo, un tipo de 18 años que lo golpeaba a la menor provocación y que más de una vez llegó a tocarlo de forma que le hacía enmudecer y morir de vergüenza. Aquello simplemente no era vida, ya no.
Esa mañana estaba sentado al pie de la escalera, con la boca rota y la sangre manchánlse la playera de algún muppet que ya no tenía color ni expresión, estaba aguantandose las ganas de llorar, ya no iba a darle ese gusto a nadie, simplemente se quedo ahí sentado repasando en su cabeza todo lo que aquel jodido cabrón le había gritado. Sonrió al recordar su cara cuando le mordío aquel miserable pedazo de carne que tenía entre las piernas y que le había obligado a meterse en la boca.. el sabor asqueroso, el olor nauseabundo, la vergüenza.. la tristeza de saber que nadie lo defendería más que él mismo..
Se abrió la puerta de golpe sacandolo de aquellos recuerdos recientes, un ruido sordo lleno el recinto, como cuando se rompe un cristal en plena madrugada, sintió que el cuerpo se le hacía más pequeño de lo que era, como cuando presientes algo.. algo malo.
 

Bird.

Nunca tuve un pájaro.. quizás porque pensaba que tener algo con alas dentro de una jaula me parecía la cosa más atroz y triste que podría existir. Sin embargo, siempre quise tener uno. Pequeño, que cupiera en mis manos.. que no volara tan alto para que no se fuera de mi lado.
Algunas otras veces, me pintaba pájaros en los brazos, volando.. caminaba hasta el ventanal de mi habitación y los extendía esperando que ellos comenzaran a moverse y me sacaran de ahí.. pero nunca se movían, solo eran manchas de pintura sobre mi piel.
A veces me daba por creerme pájaro y me echaba a volar. Después despertaba y me rompía la boca contra el asfalto de la puta realidad; que no era pájaro, que no tenía alas, que no volaba y que estaba loca.

14.10.11

Damelo a mi.

-¿Qué tanto te miras en el espejo?, le pregunto Marina a Violeta después de observarla durante veinte minutos frente a éste. A Violeta no le gustaba mirarse nunca al espejo, solo unos minutos al día en lo que se peinaba su corto cabello castaño o se pintaba los labios de rojo; asi que verla más tiempo frente a el era todo un acontecimiento.

Violeta no contesto, sólo la miró a través del reflejo y le sonrió como habitualmente lo hacía cuando terminaba de besarla; se llevo el índice derecho hacia la esquina de la boca y suspiró.

Marina comprendió de inmediato. Estaba mirando el beso oculto que conserva tan celosamente, frunció el ceño y se fue a recostar a la cama donde muchas veces habían hecho el amor y ella solía pedirle ese beso desesperada. Pero ese beso le pertenecía a él y eso la mataba de celos.

Parafrasis.


"Eres mía, eres mía, voy gritando en la brisa de la tarde, y el viento arrastra mi voz viuda."


Violeta solía sentarse en las escaleras de la entrada imaginando a aquel hombre montado en una bicicleta, con el sol de frente y el mar de fondo, gritando "Eres mia, eres mia". Eso la hacia sonreir. Era hermoso imaginar a alguien siendo feliz.

Say Good Bye.


Marina poco a poco fue desapareciendo de la vida de Violeta, ya no se podían encontrar vestigios de su vida en su pequeño mundo. Todo eso entristeció a Violeta, porque cuando se dió cuenta ya no pudo encontrar un rastro de los pasos de ella por su vida. No recordaba besos, ni abrazos, ni piernas entrelazadas por las noches de mucho frío... no recordaba nada. Ni su ojos, ni su sonrisa. Violeta se dió cuenta que de nuevo su planeta estaba vacio y lo peor era que no se había dado cuenta.

Busco en los pequeños jardines y estaban engusanados, nada de que lo que dejó encontró. Quiso llorar, pero.. ¿Para qué hacerlo? hay cosas que pueden ser pero no se deja que sean. Es cierto, la busco por días y noches, pero no encontro nada... las mariposas comenzaron a asustarla y al poco tiempo comenzó a odiarlas. Las despedidas no eran su fuerte, pero quería despedirse de Marina... verla, para poder recordar que un día quiso sentir algo por ella. ¿Donde estás?...

Marina no volvió jamás al pequeño planeta de Violeta. Aún ahora, Violeta no sabe si realmente un día estuvo en el.

Aurora Boreal en la tarde eterna de la primera sonrisa.

La tarde la primera sonrisa que Violeta le regalo a Marina fue una de las mas eternas en la historia de los abrazos mas largos dados en la historia del mundo.
Recien despertaban de la siesta de la tarde y las mejillas de ambas aún estaban encendidas. Sus cabellos brillaban al recibir el sol de lleno por la ventaba de cortinas blancas de la habitación. Se tomarón de las manos al salir de la casa y caminaron hasta la noche, hasta que se toparon con la señora vestida de negro y con las estrellas en el cielo.

La Aurora Boreal se extendia por el cielo como si fuera el cabello desparramado de la mujer más amada sobre la tierra, las estrellas lo adornaban tranquilas, somnolientas, calladas, consteladas... Violeta miró al cielo y sintió que el corazón se le encogía, apreto aún más las manos de Marina y volco en ella toda su emoción por esa noche. La miró por largo tiempo y al final le sonrió.

Violeta despertó despues de la siesta en la misma habitación, pero no había sol, afuera llovía a mares, tenía una opresión en el pecho que no la dejaba respirar y comenzó a llorar... por primera vez, en años.

Soledad se llamaba y estaban solos...

-¿Porqué tienes tantos libros?

Le preguntó Ernesto a Violeta la primera vez que entro a su departamento.

-Porque no tengo nadie con quien hablar.

Ernesto sintió una opresión en el pecho y unas ganas inmensas de llorar, miró a Violeta sonriendo, soltando esa respuesta como si nada y tuvo que abrazarla para que el nudo en su garganta se disipara. Esa fue la primera vez que se enamoraba de alguien tan solitario... justo como él.

Sentimientos.

A Violeta no le gustaban las mariposas, entre el odio y el miedo se alejaba de ellas, pero desde aquel día de mucho frío en que los besos con sabor a lluvia llegaron, comenzó a sentir que tenia miles de ellas en la barriga; a veces sentía que si abría la boca, una mariposa saldria de esta y se estrellaría contra los labios de Ella y, siempre cuando hablaban, se llevaba las manos al estómago y apretaba los ojos y los labios con muchísima fuerza, temblando con el corazón latiendole con furia en la garganta. Todo eso... en solo un instante.

-Tú no estas sola... ¿Porqué insistes en decir eso?
-Tú no entiendes...
-¿No entiendo? ¿Qué soy Marcela? ¿Qué papel tengo en el circo que hiciste de tu vida? ¡Mirate joder mirate! Te amo... y no llores, que no te queda ese papel de víctima del destino, nunca te ha quedado el llanto, lo sabes... ¿Qué quieres de mí? Dime... lo que quieras, te lo daré, lo sabes... Pero dime algo, haz algo por mí...
-¿Ves?... todos quieren lo mismo, un lugar en mi vida, quieren ser mi destino, mi amor, mi amado, mi amada... no se conform..
-¿Conforman?... ¿Tú lo haces?
-No...
-Entonces no me vengas con esas estupideces.
-No me hables así.
-Es la única maldita manera de que entiendas...

Después de un rato todo fue silencio, las respiraciones fueron tranquilizandose, los corazones amordazados guardaron quietud y no hubo más que un pequeño destello en la oscuridad. No, no era ceguera... ni soledad. Es que tenía los ojos cerrados.

¿Donde estás?...

Me acorde de Marina.
Leí sus palabras y recorde sus labios cuando las decía, aunque jamás los hubiese visto, sentí sobre mi rostro su lluvia y su sonrisa, su cabellocastaño pegado al rostro, húmedo, feliz, la vi sonreírme y el corazón se me hincho de emoción y tuve que llorar, ahora mismo al recordar lo que recorde estoy llorando. Siento sus caricias en mi rostro, sus dedos fuertemente entrelazados a los míos... No sé si es porque no ha parado de llover, pero Marina está cada vez más presente en mi días. A veces me encantaría volver a su planeta a dejarle una rosa azul o una mariposa negra, quedarme escondida para verla sonreir cuando la encontrase.

Y es que me duele haber perdido tanto por tan poco, o es que acaso no perdí nada porque nada fue nunca mío. Quiero que llueva, quiero sentir la lluvia en mi rostro, quiero sonreír bajo la lluvia. Quiero ver a Marina.

Pero Marina ya no quiere verme a mí...
...o quizás es solo la lluvia que me da pena. debe sentirse tan sola en la calle a estas horas, tan sola y tan fría, que me dan ganas de salir con el termo del café a animarla un ratito. o qué sé yo, igual saco el coche del garaje y me llevo a Leonor a ninguna parte. y cuando nos entre el hambre, recordaremos que tenemos hogares a los que volver...

Crónica de un Suicidio.

Recordaba una y otra vez aquella canción mientras ponía orden en la habitación que minutos atrás había hecho trizas por la rabia.. "Si hubiera podido echar ancla.." que extraña es la condición humana y sobretodo la mente, en los momentos que menos esperamos algo; por ejemplo este, ella hecha mano de los recuerdos de algo que nos puede sacar a flote, como esa canción, aunque debió admitir que tenía ciertos tintes de despótica verdad, toda ella hablaba de ese momento, ni siquiera recordaba como había llegado y las sirenas de las ambulancias y las luces de las patrullas lo distraían a ratos de sus pensamientos.

Él miraba distraído cada uno de esos pequeños detalles que trataban de reconstruir la escena de varias horas atrás. Tal vés quería revivir el dolor, ya que la rabia aún latia con fuerza en la venita que se le marcaba a menudo. Camino varios pasos entrecortados mirando el sillón que, paciente esperaba por una eternidad ya terminada, las cortinas ahora se enredaban en sus tobillos como queriendo explicarle que así era como se acababa la vida, poco a poco, despacito y sin prisas, porque ellas sabian de eso, sabian lo difícil que era soltar y tal vés por eso se enredaban en sus tobillos, porque no querían soltarlo y dejarlo revivir la escena de hacia unas horas atrás.

Se acerco vacilante hacia el balcón mientras las cortinas resignadas le soltaban despacito, esperando ahora por el siguiente que supiera entender. Aferro las manos al barandal y entonces vió a la gente tan diminuta que una sonrisa se le dibujo en el rostro trasigurado por la rabia y la tristeza, pensó entonces que ella debió sentirse feliz porque siempre habia visto a la gente desde muy arriba; justo como en ese instante en que su orgullo y amor propio no sirvieron y resiganada se lanzo al vacio para cumplir entonces uno de sus mas intimos sueños, volar.

Murmuró su nombre y solto el barandal entrando rápido a la habitación para desplomarse y llorar. Llorar como lo hacen los niños que se pierden en medio de una estación de tren y tienen la certeza de que no volverán a ver a sus madres, llorar como lo haces cuando te das cuenta de que nunca más estarás completo sobre la tierra y que estas condenado a caminar sobre ésta sólo, sin su mano que te sigue o que te lleva, llorar desesperado, solo eso puede hacer ahora, quería gritar y así lo hizo, no era de los hombres que se quedaban con las ganas de nada y ese no iba a ser el momento de empezar a reprimirse. Había perdido al amor de su vida...

Conversación a solas 3:33 AM

He vivido de cerca con mi soledad y con las ganas mordiendome el alma, desairando mis fuerzas y llenandome de mala entraña. Y es que no quería volver a ver ni oler la lluvia, quería encerrarme en el desierto donde solo se escuchaba el eco de mi voz preguntando donde estaba. Le puse un altar a la memoria y enaltecí los buenos ratos dejando de lado las lagrimas y la impotencia, con ellas me hice una manta para cubrirme el alma y no dejar que nadie me encontrara. ¿Qué error verdad? Irme y dejar las estrellas esperando un adios, y es que estaba tan asqueada del amor.. tan harta de sentirte tan cerca estando tan enajenadamente lejos.

Mi memoria te trae con tus sonrisas y tu invierno, largo, lento... frío, triste. Con tu lluvia de otoño pegada al cuerpo y el alma pegada a los labios. Estás sonriendo y estas tan lejos. En otro espacio, en otro tiempo.
Y yo estoy alegre, alegre de que no sea cierto... de que no me hallas dejado tirado el recuerdo en la vereda de tu vida, que me hallas guardado aunque sea de lección para no repetir errores, no importa... de verdad, te lo juro, me conformo con eso, con saber que mis palabras -algunas buenas o algunas malas- te rozan despacio mientras duermes y me llamas. Y es que no se con quien hablar de tí, a veces me pongo a hacer eco en mi desierto, como si estuvieras conversando una mañana tomando un café, y luego nadie contesta porque me quedo sin voz y me largo a llorar, quedito, así como tú me sabías, como cuando algo me dolía tanto que me perdía en las estaciones de tren que llevaban a ninguna parte. ¿Te acuerdas? Tú me encontraste en una de ellas, rota y me cosiste y me hiciste tantos agarres que dejaste agujeros y por ellos te colaste. Y allí sigues... ¿Sabes? de Allí ya no sales... ¿Me permites retenerte? Hasta donde se me rompa otro lado y puedas salir.

-Ojala nunca me descosan de nuevo, para conservarte dentro de mí, hasta que me crezcas tanto que me rompas de una sola vez-

Palabras extranjeras.

Soy un enfermo,
soy un hombre odioso,
llevo viviendo así
desde hace mucho tiempo,
y no quiero cambiar.
Dostoievsky.

Ay Alma, ven, enamórame de ti, de mí, y del universo etéreo, crudo y subestimado...
Santa Sangre.

Amélie tiene de repente la extraña sensación de estar en total armonía consigo misma, en ese instante todo es perfecto, la suavidad de la luz, el ligero perfume del aire, el pausado rumor de la ciudad. Inspira profundamente y la vida ahora le parece tan sencilla y transparente que un arrebato de amor, parecido a un deseo de ayudar a toda la humanidad la empapa de golpe.
 Amelie.

    Por favor, Dios bueno. Deja que ella vuelva. Te doy lo que quieras. Todos mis cómics, todos mis libros, todas mis cosas. Lo que quieras. Pero haz que ella vuelva. A mí. Por favor, Dios, por favor.
Oskar.
Let the Right One In.

Sueño. A veces pienso que es la única acción correcta que puedo hacer. Soñar, vivir en el mundo de los sueños... Tal como lo escribió Sumire. Pero no dura mucho. La vigilia siempre acaba apoderándose de mí.

Me despiertó a las tres de la madrugada, enciendo la luz, me incorporo sobre la cama y contemplo el teléfono a la cabecera. Imagino a Sumire en una cabina enciendiendo un cigarrillo y marcando mi número de teléfono. Su pelo está alborotado, lleva una chaqueta masculina de tweed demasiado grande, los calcetines de diferente par. Frunce el entrecejo, de vez en cuando se sofoca con el humo del cigarrillo. Tarda tiempo en marcar correctamente mi número hasta el final. Pero su cabeza está llena de cosas que tiene que decirme. Puede que esté hablándome hasta que amanezca y ni siquiera entoces acabe. Por ejemplo, de la diferencia entre <> y <>. El teléfono parece que vaya a sonar de un momento a otro. Pero no suena. Y yo, todavía acostado, me quedo eternamente mirando un aparato que continúa en silencio.

Pero el teléfono sonó una vez. Sonó de verdad, ante mis ojos. Haciendo vibrar el aire del mundo real...

...¿Entiendes lo que te estoy diciendo?

-Creo que sí.

-Ven a buscarme.

La llamada se cortó de repente. Todavía con el auricular en la mano, me quedo comtemplándolo un rato. Como si el auricular fuese, en sí mismo, un mensaje importante. omo si su color y forma contuvieran algúnu significado implícito. Me lo pienso mejor y cuelgo. Me siento en la cama, espero a que suene de nuevo. Me apoyo en la pared y respiro lentamente, en silencio, fijando mi atención en un punto del espacio, ante mis ojos. Compruebo los lazos entre un tiempo y otro tiempo. El teléfono no suena. Un silencio sin promesas llena indefinidamente el aire. Pero yo no tengo prisa. No hay por qué apresurarse. Estoy preparado. Puedo ir a cualquier parte.

¿Verdad que sí? 
Sí.
Sputnik, mi amor. 
Haruki Murakami.

-A decir verdad yo no soy una persona entusiasta como todos, ¿No crees?
-¿Qué?
-Bueno, aunque me proponga el día de hoy hacer la tarea llegando a casa, siempre como dulces, me da un poco de sueño y a fin de cuentas me quedo dormida sin importarme lo demás...
-Aah...
-Tambien me propuse esforzarme sin la ayuda de nadie *Comienza a sollozar* pero recorde a Darien... al ver esa rosa roja...
-Bombon...
-Pense que no habria ningun problema si él no me escribia o me llamaba porque se dedicaria a estudiar... Crei que mi obligacion era vivir sola un tiempo...pero... *sollozos* pero... No puedo vivir sola, no puedo...
-Bombon...
-Te extraño... te extraño Darien *sollozos y llanto*
-*Se hinca tomandole de los hombros* ¿Y no puedo reemplazarlo?
-¿Eeh?..
-Dejame reemplazarlo
-...
Serena Tsukino.
Sailor Moon.

Duele... duele mucho... pensar cuanto te degradaste, cuanto lastimaste a las personas más queridas. Duele mucho. Las llamo memorias dolorosas, ¡Si, porque tenemos las memorias eufóricas!, los bellos recuerdos los recuerdos del principio, cuando le dabas uno o dos tres jalones a una línea y.. y te transportaba por medio de una euforia total; recuerdos de aquellas noches interminables cuando esas lineas delineaban los cuerpos desnudos de las mujeres en orgías estupendas. Eric Clapton cantando "Cocaine" y diciendo que la cocaína no miente jamás... y no miente... esta ahí, revela inapelablemente lo que somos. Y lo peor es cuando descubrimos que somos débiles, como diría Nietszche, humanos... demasiadamente humanos. Es buena esa sensacion al comienzo cuando quieres vivir intensamente, quieres vivir siempre sintiendo esa euforia, esa, esa sensacion de dinamismo, de fuerza, de poder ¡aaagh!...solo que, solo que esa sensacion se va apartando de tí... poco a poco, lentamente... hasta no tener nada de aquello ni de lo otro...
Cocaine.

Mi Poesía. Textos cortos.

Siempre me gusto verte sonreír mientras tomabas café por la calle.
Más cuando andabas feliz y los ojos te resplandecían.
Parecían dos estrellas reducidas infimamente para amoldarse a tu rostro. Me encantaba pronunciar tu nombre, así, despacito, con todas sus letras. Siempre me gusto mirarte, siempre... Porque era como ver mi contraparte en tí.
¿Recuerdas?... la contraparte... como cuando conoces al amor de tu vida... Como me gustaba verte..
El Secreto

Me gusta mirarte mientras te pones las medias muy de madrugada, cuando ya tienes que volver a casa para que tu marido no se entere que las dos nos hemos estado amando a sus espaldas.

...querias ser feliz y yo sentir

{un día me quede a oscuras, de pronto al abrir los ojos en medio de la noche no vi ni una sola luz, no vi nada... ni a la luna esclava siempre de la noche.me quede esperando, me senté en medio de la nada, esperando... una luz, una estrella, el amanecer, lo que fuera pero que brillara.nada.pense que estaba ciega, lloré por ese pensamiento.de alguna u otra forma siempre he estado ciega.camino por el mundo sin detenerme por nada y a estas alturas ya no tengo nada.ni la noche siquiera.pero no, no estaba ciega, solo estaba a oscuras.aún no lo estoy, el sol sale, pero no lo veo, estoy conciente de que pasan los días pero no los siento.no hay nada en mí que pueda verse como vida.no sonrio.¿para qué hacerlo?si nadie puede verlo... es eso, no es que este ciega... es que estoy sola.}


. . .

En en Lugar sin Límites hay un nuevo habitante, se llama amor.. le cerre las puertas en las narices hace mucho y le mande al carajo, ahora le he dejado pasar y le he puesto las pantunflas de mi padre y le he regalado el abrazo más largo de mi vida. No le dije "Bienvenido" porque habrá momentos en los que quiera echarle de nuevo, pero creo que ese pequeño habitante, ha llegado para quedarse. Se lo voy a susurrar despacito al oido, solo para él....

    Donde estoy amor es como un sueño
    amor es como hacerse Dios...
Vivir, duele

Cuando las mariposas se iban, ella solía pararse en medio del campo para susurrarles mensajes y que ellas los llevaran a esa persona que nunca había conocido, pero que sabía la sacaría de allí, y entonces, dejaria de ser sombra y se materializaría en persona, diosa, mariposa.. estrella; mientras tanto, seguiría aguantando la respiración, fuera o dentro del agua, porque vivir, duele. Mata. Poco a poco, quedito, como el ultimo gemido al hacer el amor...

. . .
Tiene, tanto, tantísimo frío, que no es capaz de moverse.
Está estancada en la nieve, y se congela,
despacio, muy despacio. Se muere.

. . .

Ha perdido al amor de su vida. Y
 ahora tiene que aprender a caminar sin él.
Aunque le duela, aunque quiera morirse también.
 Tiene que seguir porque se lo prometió,
hace mucho tiempo.
...es tarde, acabo de sedar mi cuerpo con esa maldita adicción, la cual que creí podría reemplazar mis deseos por verle de nuevo, para no consumirme, para no llenarme de su ausencia, para no vivir sin su vida junto a la mía. Pero más así, está presente, taladrando senderos nuevos en mi memoria para que la morfina no le encuentre y le quite de su reino, una y otra vez, en sus otoños, en sus inviernos, allí está, sin sonreir, con el sol en el rostro, sus ojos azules y los labios apretados ¡Y yo sigo esperando que llore o que ria de una maldita vez! Pero que haga algo... que me toque, que me haga sentir de nuevo. Sus labios, tus labios, tus labios, mis labios... sus labios queriendo gritar y los mios muriendo por contenerlos a besos. Mi nombre en sus labios, tan pequeño, tan perfecto, con la entonación más exacta como si hubiese sido creado para que su voz lo cantara, lo contara, lo dijera, lo susurrara, lo gimiera, lo gritara, lo murmurara... en cierto modo, mi nombre tomaba significado cuando lo decía quedito en mi oido despues de abrazarme... ¿O es qué acaso eso jamás sucedió?... la morfina, al igual que Dios, trabaja de maneras misteriosas...

Me acostumbraré a pensar en ti como el bien que se le hace a un niño al explicarle que el mundo no se acaba con el inicio del mar; como la buena esperanza estar seguros que el sol siempre regresa al dia siguiente.

..a bendecirte por resucitar de entre los vivos a mis muertos y a agradecerte a tu padre por ser lo mejor que hizo.

Me acostumbraré a la lluvia y a los truenos sin el refugio de estar bajo tu cama.

Te llevaré presente como se lleva el pensamiento de que la vida no acaba porque la primavera se va y el verano nunca llega. Te recordaré hasta que vuelvas y te viviré mientras no estés.

- Allí te veo dentro de dos horas, si no llego te vas oíste, le dijo sonriendo Mihael tratando de aparentar serenidad.

...
¿Como retomas el hilo de una vida casi olvidada? ¿Como continuas cuando en el fondo sabes que jamás volverá a ser nada igual?... ¿Como sigues en pie cuando has perdido todo lo que te mantenía firme?


Hay cosas que el tiempo no puede curar, aun a veces después de tantas lagrimas lloradas sueño con que vamos en ese auto por una carretera despejada, yo duermo y sueño con tus labios y tu me observas con esa sonrisa que tanto me aterraba y me gustaba, cuando despierto, me encuentro son tus ojos dulces y fugaces, ambos reímos libres y cuando al fin salimos de ese túnel, el tenáz dolor de saber que jamás te volveré a ver me oprime el corazón y me despierta a la realidad, hay dolores que el tiempo no puede curar, hay dolores que se quedan arraigados en lo mas profundo…

Aún no se porque sigo vivo… tal ves sigo esperando esas dos horas…

La forma en que sonries bonito cuando llueve.


A Violeta comenzó a gustarle la lluvia tenue cuando la conocío. Seguía detestando las mariposas y el frío, pero ya toleraba la lluvia, y es que los besos de ella sabían a lluvia. La conoció un domingo de muchísimo frío e inmediatamente le gustó la forma en que sonreía bonito con los ojos. Le gustaba también como olía y como sonreía en plena oscuridad después de besarla por largo rato. Violeta estaba bien y sonreía, a pesar de la lluvia.

De los árboles de miel y leche.

¿Conoces a ese hombre?
Aquel que tiene el cigarro entre los dedos.
Ese hombre tiene de tierno amigo al Diablo.
Y no es ningun pinche de Dios.
Aquel, sí ese mismo que ves ahí recargado en la pared
es un poeta...
Es de esos que tienen la magia de hacerte llorar mares
con árboles de pan y miel
pero te hacen sonreír y te devuelven la esperanza.
De esos que no tienen la descencia del silencio
y andan arrancándose girones de mentiras a sus dolores verdaderos.
De esos que te duermen con su voz
y reclaman al viento cuando en la tierra descanza su sangre.
Ese hombre tiene bolsas de estrellas por sonajas
y cuida jardínes ocultos podridos de besos.
Sobrevive y vive, no entiende a los suicidas.
Solo los calla con la verdad.
No tiene mas cinismo que el que tiene
y lo toma como amor a la primera.
Ese hombre entiende a los enamorados
y los cuida para que no se los coman los gusanos.
Aquel hombre busca la verdad, la encuentra y la deja libre de nuevo
dice que un día debe ser mentira.
Busca a Dios deseando no encontrarlo,
no escribe para el amor, el amor fue hecho para que él lo describiera.
Ese hombre conoce a Adán y Eva
y todas las tardes les convida una tacita de té con cascaritas de ojo.
Te dice te quiero, a tí y al cáncer.
A la vida...


¿Conoces a ese hombre?...

Se llama Sabines.

Texto extranjero.

Nos hicieron creer que el “gran amor”, sólo sucede una vez, generalmente antes de los 30 años. No nos contaron que el amor no es accionado, ni llega en un momento determinado. Cada uno de nosotros es la mitad de una naranja, y que la vida sólo tiene sentido cuando encontramos la otra mitad. No nos contaron que ya nacemos enteros, que nadie en nuestra vida merece cargar en las espaldas, la responsabilidad de completar lo que nos falta.
Las personas crecen a través de la gente. Si estamos en buena compañía, es más agradable.
Nos hicieron creer en una fórmula llamada “dos en uno”: dos personas pensando igual, actuando igual, que era eso lo que funcionaba. No nos contaron que eso tiene nombre: anulación. Que sólo siendo individuos con personalidad propia, podremos tener una relación saludable.
Nos hicieron creer que el casamiento es obligatorio y que los deseos fuera de término, deben ser reprimidos. Nos hicieron creer que los lindos y flacos son más amados.
Nos hicieron creer que sólo hay una fórmula para ser feliz, la misma para todos, y los que escapan de ella están condenados a la marginalidad. No nos contaron que estas fórmulas son equivocadas, frustran a las personas, son alienantes, y que podemos intentar otras alternativas. Ah, tampoco nos dijeron que nadie nos iba a decir todo esto.
Cada uno lo va a tener que descubrir solito. Y ahí, cuando estés muy “enamorado de vos, vas a poder ser muy feliz y te vas a enamorar de alguien”


Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor …
…Aunque la violencia, se practica a plena luz del día.

John Lennon.

"Quien quiere nacer tiene que romper un mundo."

Intensidad.

Me puse a pensar hace unos instantes en la palabra Intenso. Estos últimos días la he comenzado a usar para describir lo que siento o lo que es.. Intensidad. Eso que sientes hasta en la médula de los huesos y que solo se siente por tal brevedad de tiempo que puede incluso parecer un insulto, pero las cosas buenas de la vida duran poco.. o tal vez no, tal vez podamos alargar la intensidad de las emociones poniéndo en ellas pasión, fuego, amor... Nos enseñaron que la vida debe vivirse lo mejor posible, acatando las ideas ya establecidas, pudriéndonos entre preceptos colocados en la sociedad por gente que no toleraba lo diferente; los cuadrados tratando siempre de hacer esquinas en los círculos. En un mundo donde ya no nada es igual, esas ideas se pierden aunque siguen pisandonos el cuello contra el suelo si tratamos de expresarnos a voz alta. Me siento encerrada en un mundo donde yo soy la soberana, donde yo misma doy por terminado lo mejor antes de que tan siquiera empieza. La sociedad no me ha hecho lo que soy. Yo soy la responsable de mi suerte para bien o para mal. Sin embargo, no soy la única que está encerrada en éste universo vacío, hay más gente que busca alzar la voz, encontrar la intensidad de las cosas por lo que son y no por lo que pueden ser si sus manos las tocan. El amor, el triunfo, el éxito, la vida.. Todo lo que converge en este mundo ya tan destruido y a punto de colapsar. Somos tan pocos... Nos harían trizas, pero incluso ahí nuestras trizas lucharían, porque creemos, porque somos, porque sentimos. Porque estamos aquí para vivir, para ser, para sentir...

Born in a bad place.

{Estaba escuchando el mashuo de Björk y Hendrix. No sé. Lo escribí por escribirlo. Hubo ratos en los que me detuve y dije "que mierda" pero lo terminé y así.}

De no haber llegado al Wammy's House; Mello, como le llamaban en ese sitio hubiese querido ser astronauta o junkie.. o cualquier otra cosa que volara y no estuviera inmerso en esa mierda patética y estúpida del tal Kira. Había probado la droga por primera vez a los dieciseis años, cuando tuvo que hacerlo para entrar a una maldita comuna de drogadictos y mafiosos que le abrirían la primer puerta a ese submundo que gobernaba realmente las calles; es decir, que le daría el poder de llegar hasta Kira y poder acabarlo y así de paso, vencer al mal nacido hijo de puta de Near..

La primer dósis de heroína le hizo imaginar todo aquello. Él por encima de ese maldito albino inexpresivo, siempre agachado, resolviendo esos malditos y aburridos rompecabezas.. Lo imagino muerto.. destrozado, volando, de colores, sonriendo, gimiendo incluso pero siempre, siempre debajo de él.. Oh si.. esa noche fue gloriosa. El olor del acero calentandose, las rocas, la jeringuilla, su sangre brotando en pequeñas dosis mezclandose son la heroína, el ardor de ésta entrando por sus venas. Podía sentir el sudor salir a mares o es que simplemente sus emociones fueron aumentando cada que el émbolo se iba quedando vacio. Entonces la luz se apago. Según los que estaban con él esa noche se quedo sin respirar por casi dos minutos, él por supuesto, no recordaba mucho. Solo que su cuerpo esa noche se fue.

Lo que a nadie le dijo fue todo lo que vio. Después de la oscuridad que le rodeo, luces de artificio vinieron a herirle los ojos, el aire se había vuelto denso y olía a dulces, penso en el chocolate. Cuando estaba en el wammy's lo detestaba, tanto como a Near; pero esa noche, el sabor amargo se le quedo clavado en la lengua y en las emociones, como su primer orgasmo a los catorce años viendo a las niñas del orfanato bañarse en el jardín trasero o su primer beso con aquel pelirrojo que tanto le seguía y fastidiaba a veces.. ¿Cómo se llamaba? Joder que importaba.. Miró a su alrededor y saboreo de nuevo el estar despierto, la gente a su alrededor se retorcía y gimoteaba, la primer arcada vino a él y la boca se le hizo agua, estuvo a punto de vomitar hasta que en la puerta del baño vió un rosario rojo, estaba sangrando. No. Su mente, la droga jugaba con él. Sonrió y lo tomo en sus manos, era liquido. No, de nuevo su mente. Soltó una fuerte carcajada y se lo colgó al cuello. Se metió al baño y se miró al espejo, tenía el cabello pegado al rostro por el sudor y las mejillas sonrojadas, parecía que en cualquier momento se derretiría. Sonrió, se acarició el rostro y la desquiciante música de Iggy Pop comenzó a retumbar en sus oidos.

Quiero ser tu perro..
Quiero ser tu perro..

Se imagino al chico pelirrojo de nuevo, chasqueo los dientes y sonrió. Estaba en el infierno. No volvería a meterse esa mierda nunca, de eso estaba seguro. Chocolate, de nuevo el sabor amargo del chocolate. Se dejo caer de rodillas al suelo y escupio sangre, vomito las entrañas y arrastrandose llego a la tina, abrió la llave del agua fría y se quedo ahí. Muy quieto. Imaginando las palabras, el rostro.. las manos de L. Comenzó a llorar y otra arcada le hizo escupir de nuevo sangre. Las drogas no son buenas penso, las drogas no son buenas.. Metió la cabeza en el agua y entonces todo estuvo bien.. la adrenalina se disparo en sus venas y todo comenzó a hacerse más libiano, imagino el rostro de Kira, el momento en el que lo destruiría, el fuego.. siempre ese maldito fuego. Nadie lo sabía pero soñaba con fuego todas las noches. Pero esa vez, no quemaba, brillaba como mil soles y la sombra de Kira fue desvaneciendose. Near aparece, desaparece, lo mismo que ese chico que le seguía siempre. ¿Cuál era tu nombre? le pregunta a la sombra, ésta no responde, solo sonrie y se tira de nuevo entre la sangre que vomito antes.

Quiere ser un astronauta.. irse muy lejos de toda esa mierda. La luz poco a poco va deshaciendose en miles de partículas.. todo se queda en silencio. Después de esa noche, no volvió jamás a probar las drogas.. pero la adicción a la venganza y al chocolate sigue presente.

Juegos.

-¿Quemamos la aldea?, dijo después de besar los labios de su gemelo que sonreía encantadoramente ante la idea de aquella magnífica travesura.
-Si, si... y luego, ¡descuartizamos a los que queden vivos!..., beso de vuelta los labios de su gemelo que ahora sonreía más, imaginando los cuerpos a medio calcinar y en pedazos.

-¡NIÑOS! ¡YA ESTÁ LA LECHE CALIENTE, VENGAN A DESAYUNAR!

Gritó desde la cocina la dulce madre de los hermosos gemelos. El más bajito se levanto del suelo donde estaba dedicandole los mejores besos a su hermano; tomo el acha del medio tronco donde su fuerte padre hacia la leña para mantenerlos calientitos durante la noche, le sonrió a su hermano y con su mirada más inocente le invitó a empezar la travesura del día...

-¿Empezamos con ella?...

Dolores en el Alma.

Habíamos tenido una riña por no se que tonteria, de hecho habiamos tenido muchisimas, ella era hermosa y yo era muy celoso, mala combinacion, pero no sabia como reaccionar, nunca supe como hacerlo ante su mal humor, solia dejar que el coraje se le pasara con el tiempo. Pasaban largos días en los que no hablabamos para nada. Esos largos silencios nos unian más, yo me grabe cada gesto que hacia para demostrar que algo no le gustaba o que algo queria. A veces paraba el auto para que estirara las piernas o fuera a orinar o cosas asi, yo solo podia observarla y envenenarme mas por ella.

Me di cuenta del porque tanto amor hacia ella. Simplemente ella representaba lo unico bueno de mi vida, era todo lo que yo nunca fui o seria. Durante nuestros largos viajes yo tenia que robar o matar a alguien para quitarle el auto, se me hizo costumbre la violencia, pero regresar con ella era lo unico que me hacia bien y me recordaba lo buena que puede ser la vida. Le gustaban los bosques, las praderas, los desiertos, le gustaba todo, caminar entre la hierva crecida de algun paraje que olvidaria al dia siguiente. Yo me solia sentar en silencio a ver como despacio atravesaba los largos campos, con los brazos extendidos y los ojos cerrados, sintiendo en sus manos las caricias suaves de las espigas... y yo me partia la cabeza pensando que tendria en la cabeza en esos momentos, que pensaba cuando recostada en el pasto con la cabeza en mis piernas simpelemente me dedicaba una de esas sonrisas que poco a poco se volvieron obsecion y droga para mi. Timidamente yo lo unico que atinaba a hacer era besarle las manos o las mejillas, porque temia que si me acercaba mucho la maldad de mi vida la alcanzaria y le quitaria ese brillo en sus ojos que ni la tristeza le opacaba.. Dios... como la amaba... cuando se quedaba parada en medio de las espigas crecidas de cualquier campo en el camino, con el sol detras de ella iluminandola de tal modo que parecia un angel de oro. En ella se entrelazaban todas las cosas, en sus manos habitaba mi alma y en su sonrisa se desarrollaba mi vida. La violencia de mis años no tenia valor cuando ella me cogia en su regazo y me obligaba a dormir protegido por ella... ella... mis recuerdos no tenian sentido mas que cuando ella dormia escuchandolos y entonces todo parecia tan perfecto, mi vida dejo de ser un programa local de mala comedia para convertirse en uno de los mejores shows del mundo.
Maneje sin prisa alguna durante todo ese día, mis pensamientos estaban turbados por lo que nos deparaba, no podia dejar de pensar en lo felices que seriamos, en nuestra vida de ricos, en que Dolly seria una de las mejores actrices del mundo y que yo iria a ver sus peliculas y seria el tipo con mas suerte del mundo por tenerla para mi... solo para mi.

Frente a nosotros habia una larga carretera y yo podia sentir el frio del atardecer llegandonos tan temprano, de pronto me encontre en un lugar desconocido, con tantas cosas de por medio... no tenia ni la mas mierdera idea de lo que nos pasaria. Yo solo estaba seguro de algo. No dejaria que la volvieran a lastimar. Ella seria feliz. Y yo moriria por eso.

Por la radio escuchamos de la tragedia del pueblo, a Dolly la tenian por secuestrada y habian reportado el auto como robado, ese era un gran problema que yo tenia que solucionar. Llegamos a una gasolineria y vimos a un tipo bajarse de un bellisimo covertible rojo, a Dolly le gustaba ese color y sonriendome me dijo que ese seria un buen auto para nuestra futura vida. No tuvo que decir más, aproveche que el dueño entro al baño para entrar con él. Orinamos tranquilamente y él me miro con una maldita sonrisa asquerosa mientras me decia que el "chocho que traia era lo mas delicioso que habia visto" ...
Solo eso basto, no tenia intención alguna de matarlo pero despues de escuchar como se referia a Dolly la sangre me hirvio. Le sonrei de la misma manera y le dije que era mi hija, el tipo no me creyo obviamente pero eso me importo una mierda cuando estaba deshaciendole la cabeza a golpes con un tubo que estaba en el baño. Me lave las manos y el rostro porque el infeliz me habia salpicado con su puta sangre y tome las llaves de su auto y su billetera, traia buena pasta y tenia pintas de chulo, claro, ahora ni cabeza tenia, sonrei y sali del baño no sin antes escupirlo y reirme al verlo combulsionarse por los golpes, nunca entendi el porque no los mataba por completo, siempre los deje morirse poco a poco... no como Dolly, ella los mataba poco a poco y cuando se aburria les daba un tiro seco en la cabeza. Como la amaba en esos ratos...

Saliendo del baño ella ya estaba montada en el convertible con todas nuestras cosas en el. Yo sonrei, ella ya sabia que yo se lo daria, que yo le daria el mundo si me lo hubiese pedido. Tintinie las llaves en su rostro y le guiñe un ojo mientras ella comia de esas papas fritas que tanto le gustaban, me sonrio con todos sus dientes y cuando me monte en el auto me beso en los labios. Fue nuestro primer beso... el mejor que me hallan dado en mi puta vida. Ella no sabia hacerlo, era torpe y con los frenillos me hirio los labios pero no le dije nada, solo atine a sonreirle y recibir ese beso tan inocente, tan inexperto.. Fue el mejor maldito beso de mi vida.

Drowning Lessons.

Llegue en la mañana a dejar la leche en su casa y como siempre que lo hacia me encerré en el cuarto con su madre y me la tire, lo hice sin ganas, me daba asco verla cuando me la chupaba, era tan triste... pero aun así me vine en su rostro y le pedí que me prestara dinero. Me dio mucho mas de lo que le pedí mientras me terminaba de vestir con la mirada revisaba la habitación. Dolly estaba afuera dibujando en la mesa del jardín. Se veía tan hermosa, tenia los piecitos cruzados y los movía con toda la lentitud de sus años, la cabeza le descansaba en una mano y parecía estar concentrada en lo que dibujaba. El cabello rubio suelto, moviendose con el viento y los ojos azules igual de tristes que siempre. No pude evitarlo y me acerque despacio. Le pregunte que dibujaba y ella me miro sin sonreirme y me dijo que dibujaba un sueño que tuvo. Tome la hoja y lo tuve todo claro. Era una orden ese dibujo. Era su casa en llamas. Le sonreí y le dije que los sueños que se dibujan siempre se hacían realidad y ella me sonrió como siempre. Fue un extraño trato que se firmo en ese instante.

Me subí a la camioneta y fui al pueblo a comprar una escopeta, gasolina, correas, cigarrillos y cerveza. Cuando llegue a su casa era aun temprano, me quede en la camioneta un rato bebiendo y fumando para tranquilizarme un poco. No tenia idea de lo que sucedería, yo solo quería que Dolly me volviera a sonreír como lo hacia a veces, cuando estaba de buenas y no me mandaba a la mierda como a veces solía hacerlo. Poco a poco se fueron apagando las luces de la casa, solo quedo encendida la de su habitación. Recuerdo que me había dicho que lo hacia porque así no entraría el demonio a hacerle cosas que no le gustaban... mi sangre hervió al recordar eso y arrojando la lata de cerveza al parabrisas de la camioneta tome la escopeta y fui directo a la casa. Entre con la llave que la puta de su madre me había dado, por si las dudas. Subí hasta su habitación con muchisimo cuidado y abrí la puerta encontrándola sentada en su cama recien bañada y con la toalla enredada en el cuerpecito escuálido, le sonreí con ternura y le mostré la escopeta. Le pedí que no gritara porque a ella jamas la lastimaria y asintió levantandose para asomarse en el pasillo si no había nadie y cerro con llave la puerta. Le conté lo que había comprado, le dije que desde el día que la había visto no había podido cerrar los ojos sin imaginarla, le hable de mis sentimientos, de mi amor infinito por ella...

Early Sunsets.

La mañana del 15 de febrero comenzo demasiado temprano, lo recuerdo como si hubiese pasado ayer mismo. El sol nisiquiera habia asomado sus narices y algunas estrellas brillaban en el cielo que parecia pintado por una niña, tenia colores naranjas, azules, morados, rosas, era lindo; el cielo mas hermoso que halla visto en mi vida hasta ese entonces, porque debo admitir que despues de ese día todo lo que vi y senti me parecio hermoso, hasta el ultimo instante, hasta la palabra mas hiriente...

Sali de su casa sin camisa y senti el frio de la mañana, encendi un cigarrillo y me monte en el auto de su padrastro, el infeliz tenia el mejor carro del pueblo pero ahora era mio, eso me hizo gracia y me rei mientras revivia el dia anterior en mi cabeza. Fui a llenar el tanque de gasolina, al tope, de la mejor, compre cigarros, comida, dulces para ella, de esas mierdas que se ponen cuando bueno, esos dias vienen, compre todo lo que crei que necesitariamos y me monte de nuevo al auto. Conduje por horas viendo como el sol nacia justo frente a mi, era como ver nacer algo que nunca habia visto, senti en el pecho una especie de dolor que no calaba, mas bien me hacia sonreir. Nunca crei en las segundas oportunidades, no me importaba lo que sucediera despues de que hacia algo bueno o malo. No me interesaba nada ni nadie... hasta el momento en que la vi. A pesar de todo, no me arrepiento ¿Porqué hacerlo? me diverti... y la libere.

Ese día me recordo a uno en especial, cuando robe tambien un auto y me escape de casa pensando que seria estrella de rock o algo asi, no sabia tocar ni una mierda pero me sentia tan poderoso y lleno de ganas que senti que era capaz de todo, como en ese momento, pero el cielo en ese dia era muy diferente, asi como el paisaje y el auto, ese dia iba en un marquis clasico, negro con llantas nuevas, era invierno, las montañas eran blancas y habia un lago tan azul que parecia el cielo, parecian dos cielos reflejando las montañas... el sol apenas era una aurora detras de ellas.. fue el mejor dia de mi vida, ni siquiera me importo que me atraparan y me llevaran a la correccional, todas las noches soñaba con esas montañas y en que un dia regresaria a ellas. Ya era tiempo de volver y ella iria conmigo..solo que nadie me dijo que asi seria... y si lo hubiesen hecho, no habria cambiado nada.

Regrese a su casa a media mañana y la encontre desayunando en la sala, parecia una flor recien nacida en un jardin de sangre, estaba sentada a un lado del cuerpo de su padrastro y tenia los pies arriba de la mesa de centro donde estaba el cuerpo de ese hermano que jamás la defendio y en mas de una ocasion quiso hacerle lo mismo, ella me sonrio mostrandome sus dientes llenos de frenillos y senti que el corazon se me partia en dos. Nunca habia amado tanto a una persona en mi vida... nunca. Dejo el tazón del cereal sobre la barriga de su hermano agujerada por los disparos y corrio a abrazarme con todas sus fuerzas. Era tan pequeñita, tan indefensa, tan mía... Fue ahi que decidi sacarla de ese lugar y llevarla a las montañas de mis sueños. Viviriamos como estrellas de cine y nuestras vidas serian perfectas.

Partimos con el corazon lleno de promesas al atardecer, por el espejo retrovisor yo veia como ardia esa maldita casa con todo el pasado quemandose tras nosotros. Despues la vi a ella que no volteo en ningun momento. Quien lo haria en su situacion pense y acaricie sus mejillas frias. Todo estara bien... todo estara bien... lo estaria, nadie volveria a lastimarla, se lo jure por mi sangre el día de los enamorados... se lo jure...

¿Cuando fue que falle...?