Nadie conoce mi infierno porque está dentro de mí y no conmigo.
Y
nos golpearon y sangramos, porque al fin y al cabo seguíamos teniendo
algo dentro. Mentimos y escupimos y nos resbaló la verdad. Nos dolieron
tanto los días pasados como los días por venir, y elegimos aprender a
olvidar, que es aprender a morir. Los asientos se quedaron vacíos, y
aquella noche solo bailaron las putas y los borrachos. Bailaron todos y
luego tú y yo. Bebimos y rompimos las copas. Rompimos
las copas y volvimos a beber, y luego juramos que no volveríamos a
querer. Y rociamos las mesas con sonrisas de las que ya no nos quedan,
nos cayeron al suelo, nos pisaron el beso, y pudimos cantar. Elegimos
cantar con los ojos cerrados y llorar hacia dentro. Perfilar las
esquinas y doblar las promesas. No volver a perder ni una de nuestras
señas, ni una de nuestras vidas. No volver a elegir el camino correcto
que para eso ya existen los hombres perfectos. Elegimos que aunque
doliera, sería así. Y así. así. Así es. Somos. estamos.
[Lo ha puesto Maribel hace rato en el facebook. Después de todo, en ella deje una buena semilla.]