¿Conoces a ese hombre?
Aquel que tiene el cigarro entre los dedos.
Ese hombre tiene de tierno amigo al Diablo.
Y no es ningun pinche de Dios.
Aquel, sí ese mismo que ves ahí recargado en la pared
es un poeta...
Es de esos que tienen la magia de hacerte llorar mares
con árboles de pan y miel
pero te hacen sonreír y te devuelven la esperanza.
De esos que no tienen la descencia del silencio
y andan arrancándose girones de mentiras a sus dolores verdaderos.
De esos que te duermen con su voz
y reclaman al viento cuando en la tierra descanza su sangre.
Ese hombre tiene bolsas de estrellas por sonajas
y cuida jardínes ocultos podridos de besos.
Sobrevive y vive, no entiende a los suicidas.
Solo los calla con la verdad.
No tiene mas cinismo que el que tiene
y lo toma como amor a la primera.
Ese hombre entiende a los enamorados
y los cuida para que no se los coman los gusanos.
Aquel hombre busca la verdad, la encuentra y la deja libre de nuevo
dice que un día debe ser mentira.
Busca a Dios deseando no encontrarlo,
no escribe para el amor, el amor fue hecho para que él lo describiera.
Ese hombre conoce a Adán y Eva
y todas las tardes les convida una tacita de té con cascaritas de ojo.
Te dice te quiero, a tí y al cáncer.
A la vida...
¿Conoces a ese hombre?...
Se llama Sabines.
Aquel que tiene el cigarro entre los dedos.
Ese hombre tiene de tierno amigo al Diablo.
Y no es ningun pinche de Dios.
Aquel, sí ese mismo que ves ahí recargado en la pared
es un poeta...
Es de esos que tienen la magia de hacerte llorar mares
con árboles de pan y miel
pero te hacen sonreír y te devuelven la esperanza.
De esos que no tienen la descencia del silencio
y andan arrancándose girones de mentiras a sus dolores verdaderos.
De esos que te duermen con su voz
y reclaman al viento cuando en la tierra descanza su sangre.
Ese hombre tiene bolsas de estrellas por sonajas
y cuida jardínes ocultos podridos de besos.
Sobrevive y vive, no entiende a los suicidas.
Solo los calla con la verdad.
No tiene mas cinismo que el que tiene
y lo toma como amor a la primera.
Ese hombre entiende a los enamorados
y los cuida para que no se los coman los gusanos.
Aquel hombre busca la verdad, la encuentra y la deja libre de nuevo
dice que un día debe ser mentira.
Busca a Dios deseando no encontrarlo,
no escribe para el amor, el amor fue hecho para que él lo describiera.
Ese hombre conoce a Adán y Eva
y todas las tardes les convida una tacita de té con cascaritas de ojo.
Te dice te quiero, a tí y al cáncer.
A la vida...
¿Conoces a ese hombre?...
Se llama Sabines.
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